martes, 1 de diciembre de 2009

Las cartas viejas en la caja de las cartas viejas (Y toda esa cháchara al estilo David Copperfield)

Después de una dramática selección, puse hace unos tres años, todas las cartas y pequeños recuerdos que significaban mucho en una caja de zapatos. Hoy la abrí con la esperanza de encontrar una descripción que me escribió Cecilia para un trabajo del colegio. Pensaba usarla como carta de presentación para el blog, porque nadie jamás podrá describirme mejor, conocerme mejor. El hecho es que el papel se extravió, no se donde puede estar y algo me dice que no lo voy a encontrar jamás.

En vez de eso encontré muchas cartas viejas de las que me había olvidado: cartas de cumpleaños, de crisis de identidad, de desastres amorosos y otras hierbas. Encontré una carta realmente desesperada a mi primer amor, escrita en un folleto de Easy a las dos de la mañana de de un dos de Enero.

No puedo abrirla, el solo hecho de saber que está ahí me da ganas de dejarme morir en una palangana de tequila. También encontré varias cartas de una amiga del secundario, mi compañera de banco. En algún punto todo se mezcló y ya no estoy segura de cuando empezó el nonsense de esta historia.

Vale decir en el momento se me revolvió profundamente el estómago, pero el hallazgo de una pila de papeles envueltos en un dibujo hecho con Paint cambió mi tarde. Si no me equivoco era parte del mismo trabajo, el de las biografías: un dibujo de un cuarto. No me acordaba que de tan chicas habíamos planeado nuestro escape. En nuestra casa de ensueño había camas, una pila de libros, un gato gris, un equipo se música y una máquina de karaoke, un juego de mate, un sombrero mejicano y un salamín a medio comer. La teníamos tan clara!

Todas las cartas dentro tenían la letra de Ceci. En una firmaba:

“Perdoname! Pensá en mi como un Robert Smith en versión mujer y con un poco más de depresión y oscuridad, sin ningún talento musical ni poético, con un pelo menos batido y con menos dinero”

Que el mundo se vaya a la mierda. No va a ser la primera vez que vos me saques a flote. Y toda esa cháchara al estilo David Copperfield.

1 comentario:

bambula dijo...

Había una tanga también, ¿no?